lunes, 10 de octubre de 2011

Los suyos y los de su casa

El tema de las finanzas es siempre visto con recelo. A muchos no les gusta que les digan cómo manejarlas y a otros no les gusta que se mezcle la Biblia con el dinero. Pero leyendo 1 Timoteo 5:8 podemos ver algo que nos dejará en qué pensar.
Pero si alguno no provee para los suyos, y especialmente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo. (LBLA) 

Aparentemente el verso es inofensivo. Muchos hasta hemos predicado de sobre el, de cómo el cristiano debe ser responsable de la economía de su hogar. Pero me llama la atención la pequeña palabra suyos. Y eso se debe a la palabra que hace la distinción entre “suyos” y “los de su casa”, esta es “especialmente”. Al estar esta palabra allí nos dice que “los suyos” y “los de su casa” no son el mismo grupo.

El cristiano debe saber que es responsable por bienestar de las otras personas inmediatas a su alrededor. El fallar en ello puede llevar a DIOS a preguntarnos “¿dónde está tu hermano?” Y seguramente muchos responderíamos a esa pregunta como lo hizo Caín “¿acaso soy yo guarda de mi hermano?” Y la respuesta de DIOS sigue siendo la misma: ¿Qué has hecho?

Si hay personas alrededor nuestra con necesidad no es por maldición ni para que SOLO oremos por ellas. Es porque DIOS espera que con los recursos que Él nos ha dado suplamos esa necesidad. Si son nuestros familiares pues se da por hecho que lo debemos hacer, pero ¿qué de “los suyos”? ¿Qué de nuestros vecinos?

Hay que saber que DIOS no nos pide que los mantengamos, NO! Solo que no neguemos la fe y nos olvidemos de ellos. Ese mandamiento siempre ha estado en el corazón de DIOS, y Él espera que lo pongamos en práctica en este tiempo.

Así que la próxima vez que vayas al supermercado compra tres o cuatro cosas para dárselas a “los tuyos”.

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