Hace unos días escribí este artículo sobre una predica de Alex Lopez basada en Juan 3:22-30. Esta vez quiero compartir algo más personal ya que Alex compartió un testimonio que me confrontó.
La Frater debe tener un promedio de asistentes por semana de unas 5 mil personas y eso requiere de una organización muy especial. Alex compartió el comentario de una persona que se iba de la Iglesia porque había llegado al “tope” de la escalera de liderazgo.
Eso fue lo que me cayó como balde de agua fría.
Y es que como líderes muchas veces podemos caer en la mentira que sólo podemos ser líderes si estamos en la cima de la pirámide, cuando en realidad el liderazgo no es tanto vertical sino horizontal.
No necesitamos tener un título de Pastor, o Director o algo sofisticado. Inclusive el título de líder queda grande cuando nos dejamos llevar por lo que aparece debajo de nuestro nombre en nuestra tarjeta de presentación que en la diferencia que hacemos en aquellos con los que entramos en contacto.
Si las personas a nuestro alrededor no son “tocados” por nuestra interacción entonces hemos fallado como líderes. Mi liderazgo no se mide por las personas que tenga a cargo, sino por las personas que tenga al lado.
Efesios 4:1-16 habla acerca de la Unidad en el Cuerpo de Cristo. Ese es parte del sueño de DIOS. Jesús lo dijo en Juan 17. Por lo tanto para lograr que el Reino de DIOS se expanda es necesario que los líderes estemos en unidad, pero como dice Efesios, en la unidad de la Fe, es decir Cristo.
miércoles, 30 de noviembre de 2011
sábado, 26 de noviembre de 2011
Es necesario...
Alex López, pastor asociado de Fraternidad Cristiana, compartió hoy un mensaje en Juan 3:22-30. Él lo enfocó en la necesidad del cristiano en menguar para que Cristo crezca en nuestras vidas.
Alex mencionó algo que me hizo escribir este artículo y no puede evitar notar una gran enseñanza que nos deja Juan el bautista acerca de una faceta del liderazgo y es la de reconocer cuando ha llegado la hora de menguar para que otros se levanten.
Juan era hasta entonces el único que bautizaba para arrepentimiento. Juan era el nombre que estaba en boca de todos. Si querías agradar a DIOS tenías que ir con Juan. Aunque predicaba de Otro, él era la figura pública.
Juan era el Steve Jobs de la época, el innovador. Nadie más tenía el mensaje que él tenía. Excéntrico y todo, sin competencia. El que reunía a multitudes, el que tenía la mejor página web y los podcast más escuchados. Su fan page de Facebook tenía los más likes de la red. Sus videos en youtube eran los más vistos.
Hasta que dijo “he aquí al Hijo de DIOS”. Hasta que llego Jesús y empezó a bautizar también.
Ya no llegaba tanta gente a visitarlo, y las invitaciones a predicar disminuyeron considerablemente. El seguía como sí nada, pero sus discípulos no. Ellos sí lo notaron, a ellos sí les importó. Tanto que llegaron y le dijeron que qué iba a hacer con el nuevo líder que se estaba levantando y le estaba quitando sus seguidores.
Podemos notar que en el verso 26 le dicen “el que estaba contigo al otro lado del Jordán”. El Otro había estado con Juan, había aprendido de él. ¡Hasta eran familiares!
“Todos van con El”
Vino la duda, la confrontación, el cuestionamiento, la intriga. ¿Qué vas a hacer?
Y es aquí donde el bautista nos da una lección sin precedentes. Él no se dejó llevar por la percepción de otros. No cuestionó su llamado. No empezó a sacar tendencias de deserciones. Él respondió con la Sabiduría de lo Alto.
No es acerca de mi.
Líderes, no es acerca de nosotros, es acerca de Jesús. Y no importa quién lo haga con tal que el nombre de Jesús sea glorificado.
No tenemos que ser los más populares ni los más elocuentes. No tenemos que tener más libros escritos ni best sellers. Quizas sepas de otro líder que esta teniendo éxito en lo que hace y muchos de los tuyos ahora son de él. Bueno al final, ninguno es nuestro porque todos son de Cristo.
Pablo atacó ese pensamiento cuando unos decía ser de Apolos y otros de Cefas.
Si sabes que otro líder está siendo bendecido, ora por él para que DIOS lo siga usando y continua haciendo lo que DIOS te encomendó. Y si es tiempo de menguar hazlo con la frente en alto.
El bautista lo dijo “el amigo del novio…se alegra de gran manera”.
Así que cuando te digan “ya te diste cuenta que el otro llenó un estadio” alégrate. “Ya viste que el otro tiene una iglesia de mil, dos mil o 10 mil miembros” alégrate.
Líderes debemos saber que es NECESARIO que otros crezcan y que nosotros mengüemos.
Alégrate.
sábado, 19 de noviembre de 2011
DIOS busca Saulos, el mundo necesita Saulos
¿Qué es mejor, hacer algo malo bien intencionado o no hacer nada?
Siempre me he preguntado que habrá sido de los otros apóstoles de Jesús. Es decir, sabemos de Juan, Pedro y Jacobo, el círculo íntimo de Jesús. Pero ¿Qué no eran 12? Bueno, Mateo escribió su libro, Judas se suicidó, pero ¿y los demás?
DIOS necesitaba alguien con garra |
Se cuenta la historia de un hombre apasionado por sus creencias, por su religión, por sus raíces, por su DIOS. Dicen que este hombre era un feroz defensor de las teorías de las enseñanzas de sus antepasados y que hasta llego a la agresión física con tal de probar su punto. Inclusive se le achacan muertes clandestinas y otras no clandestinas con tal de erradicar a los que contradecían su Ley.
Este hombre llego alto en la jerarquía de liderazgo de su movimiento, inclusive en su autobiografía se define como el más puro de su estirpe. Era estudiado, no solo de su cultura sino de las culturas populares. Todo lo que hacía lo hacía bien, el único problema es que lo que hacía estaba mal.
Y es que Saulo en su afán por defender su fe, hizo lo que su fe prohibía, sin embargo fue su ímpetu lo que llevo a DIOS a usarlo para su Reino. DIOS necesitaba alguien con garra, con furia, con pasión. Alguien que no se acobardara por las circunstancias adversas. Alguien que si había que matar, mataba, si había que morir, moriría.
Y eso es lo que lo diferenció de muchos “apóstoles” de aquella época, de esos apóstoles de los cuales no se sabe mucho o nada.
Y es que a Saulo solo le faltaba la razón correcta para seguir haciendo lo que estaba haciendo. Ya que vemos que siguió luchando por sus ideales y sus creencias, pero ahora bien encarriladas. Siguió arriesgándolo todo por la Verdad, por El Camino, por La Vida.
¿Y nosotros? ¿Somos de los que solo se escribe de ellos una sola vez o de los que por nuestros atrevimientos se levantan críticas, murmuraciones y discusiones? ¿Estamos dispuestos a ser cuestionados por nuestras acciones o preferimos llevar la vida en “paz”? ¿Críticas desde la comodidad de tu casa o desde la incomodidad del campo? Porque si lo haces desde tu sillón reclinable no tienes derecho a opinar. Solo los que llevan las cicatrices del rechazo, las lágrimas del abandono, los dolores de la traición son los que DIOS necesita en su Reino para hacerlo avanzar.
DIOS busca Saulos, el mundo necesita Saulos.
sábado, 12 de noviembre de 2011
Hagan lo que Él diga
Qué enseñanzas nos dejas Jesús acerca del liderazgo. Pero por supuesto si Él es el Líder de líderes.
Hoy escuchando la enseñanza en la Iglesia leíamos el pasaje de Juan 2:4 donde Jesús hace el milagro de convertir el agua en vino. Y no había notado que el líder es líder en donde sea, a la hora que sea, cuando sea. Es decir es líder 24/7.
Jesús es invitado a una boda junto con sus discípulos y están ahí también María su madre se acaba el vino, María sabiendo que Jesús es JESÚS, le comparte el problema y es cuando Jesús dice sus famosas palabras: Todavía no ha llegado mi hora.
Eso es impresionante porque como que Jesús le falta el respeto a su madre. Pero la actitud de María es lo que me impresiona porque es como que a ella eso no le importara, porque luego le dice a los sirvientes: hagan lo que Él les diga.
Si María hubiese sido mal hablada le hubiera dicho: a mí no me importa si es tu tiempo o no, eres líder, has lo que tienes que hacer.
Y es que una vez somos llamados no hay tales de que “hoy no estoy de turno” o “hoy no tengo que servir”. Jesús no se tomó vacaciones ni días de descanso. Ni siquiera en Sábado dejó de hacer lo que tenía que hacer.
Nos damos descanso nosotros y decimos con descaro “no hay llegado mi tiempo”? Ó “eso no es parte de mi responsabilidad”?
Qué privilegio que estando de civiles se nos acerquen y nos compartan los problemas porque saben que como líderes daremos las soluciones, inclusive si estamos vestidos de pantalones cortos y listos para disfrutar de la playa.
Es mejor que digan “hagan lo que él diga” y no “nunca cuenten con él”.
jueves, 10 de noviembre de 2011
Lecturas recomendadas
Como parte de nuestro compromiso de proveer recursos para el enriquecimiento de todos hoy les dejamos unas lecturas recomendadas:
En este artículo Carlos Navas nos invita a salir y ser camilleros de aquellos que necesitan conocer de Jesús.
Lee más de Carlos Navas aquí.
El Pastor Carlos Berges en una entrega de 3 partes nos enseña el camino de Príncipe a mendigo y de vuelta a la mesa real.
Lee más de Carlos Berges aquí.
En el blog de Joel Calleiro él nos comparte una lista de frases y palabras que nos da una idea de cómo ha cambiado la Iglesia en los últimos años.
Lee más de Joel Calleiro aquí.
Lucas Leys “se manda” con las 7 señales de agotamiento espiritual, algo que TODO líder debe leer.
Lee más de Lucas Leys aquí.
Alex López nos habla sobre lo que es y lo que no es la guerra espiritual.
Lee más de Alex López aquí.
Así que visita estos blogs, deja tus comentarios y atrévete a poner en práctica lo que aprendas!
sábado, 5 de noviembre de 2011
Hay tiempo para todo
Los cambios son inevitables. Y quienes se resisten a ellos no podrán vivir más allá de sus propias fuerzas, al final se agotarán y perderán la batalla contra lo inevitable…los cambios.
Es que es una ley universal. Todo cambia. Es importante. Es necesario. Imaginémonos a una persona de 30 años con el cuerpo de un bebe de 1 día. Es ILÓGICO. De igual manera es ilógico querer hacer lo mismo siempre y esperar diferentes resultados y cuando de personas se trata es ilógico esperar los mismos resultados tratándolas de la misma manera.
Es decir, no podemos tratar a dos personas de la misma manera y esperar que reaccionen igual.
Y esto es algo que los que ya somos padres de familia hemos aprendido. Con el primer hijo/hija experimentamos, nos equivocamos y hasta nos sobrepasamos en la corrección o en la alcahuetería.
Ya con el segundo vamos mejorando. Y no se diga del tercero, cuarto y quinto…etc.
Lo mismo con los líderes, no podemos liderar de la misma manera a todos. Hay que aprender a ser flexibles con unos y estrictos con otros. Debemos acoplarnos a los cambios que nos trae cada personalidad.
El no logar esto nos puede llevar al agotamiento emocional, ministerial y al final terminaremos tirando la toalla.
El problema es que los líderes creemos que son los otros los que tienen que acoplarse. Y según entiendo la Palabra, Jesús no trató a todos los discípulos de la misma manera. A Juan lo trataba diferente que a Pedro. Imaginémonos que hubiera pasado si Jesús le dice a Juan “apártate de mí Satanás”!
No pretendamos liderar igual siempre. Aprendamos de las estaciones. No siempre es invierno, o verano. Hay tiempo para todo. Y eso también aplica para el liderazgo.
Hay tiempo de predicar solo a los cristianos, y hay tiempo de predicarles a los no cristianos.
Hay tiempo de solo tocar música solemne, y hay tiempo de tocar rock.
Hay tiempo de usar ropa elegante (en la iglesia) y tiempo para usar ropa casual (en la iglesia).
Hay tiempo de solo tocar música solemne, y hay tiempo de tocar rock.
Hay tiempo de usar ropa elegante (en la iglesia) y tiempo para usar ropa casual (en la iglesia).
Hay tiempo para todo….para TODO.
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