Mientras avanzo en mi lectura del libro Mere Christianity de
C. S. Lewis, parte de varias metas trazadas para 12 semanas, ha resonado en mi
mente una frase del autor: "Solo un hombre malo necesita arrepentirse, pero solo
un hombre bueno puede arrepentirse verdaderamente. Mientras más malo eres más
necesitas arrepentirte y menos lo puedes hacer."
Es un complejo juego de palabras.
Pero es la triste realidad de nosotros los mortales.
Alguien en la antigüedad dijo algo similar: “el bien que
quiero hacer no hago, y el mal que no quiero hacer, eso hago.” Pobre hombre. A
diferencia de nosotros, ese hombre, al final dijo también: “he peleado la buena
batalla.”
¿Qué se requiere entonces para arrepentirse? Si soy malo, lo
necesito, pero por ser malo, mi maldad me lo impide. Es como ese hámster en la
rueda que no avanza.
El autor del libro dice que se requiere de UN hombre bueno,
el único que existe y ha existido, se requiere que ESE hombre ponga algo de él
en nosotros para que por medio de esa bondad tengamos la fuerza y voluntad para
caminar el sendero del arrepentimiento.
Solo Jesús nos puede ayudar a experimentar el
arrepentimiento y solo él puede ayudarnos a alcanzar el arrepentimiento
genuino.
Es decir, necesitamos a Jesús para arrepentirnos.
Necesitamos de Jesús para que nos perdone. Necesitamos de Jesús para
mantenernos arrepentidos.
¿Qué más necesitamos?
P.D.
Sigan los blogs de Jorge Erdmenger, Fabiola Rivera y JavierArriola quienes también están en el rollo de las 12 semanas.